Dos precisiones antes de empezar:
La primera es que, si bien es cierto, mi calidad de gerente del proyecto me hace ser su defensor y creyente natural, también es cierto que me hace conocedor de sus características y detalles, los cuales me planteo compartir en esta columna de la forma más objetiva posible.
Segundo, cuando se ha hablado de lagos de torca y en estos días de la extensión de la Avenida Boyacá, lo hemos hecho desde una visión de infraestructura e importancia estratégica como propuesta de movilidad, espacio público y vivienda. En esta ocasión, quisiéramos centrarnos en algunos aspectos ambientales que creemos importantes para aportar y aclarar en la discusión.
Como punto de partida en Lagos de Torca, realizamos un estudio detallado de la cuenca del humedal Torca Guaymaral, en donde se analizaron de manera particular más de cinco mil hectáreas con el fin de entender la situación ambiental del territorio, sus problemas de conectividad ecosistémica y la manera correcta de superarlos con acciones concretas.
Para lograr lo anterior, nuestro proyecto tiene como objetivo generar una verdadera conectividad de la zona, para lo cual se deben recuperar y reconformar nueve quebradas, (varias de ellas hoy inexistentes) que conectarán los cerros orientales con el humedal Torca – Guaymaral, corazón verde de nuestro proyecto y posteriormente con el Río Bogotá, para lo cual se debe construir un canal de conexión.
Por su parte y en línea con lo anterior, debemos devolverle la vida y su importancia al humedal, regresándole su función y recuperando su verdadera dimensión a 80 hectáreas, muchas de ellas con un espejo de agua inmenso. Además, sirviendo no solo a la función ecológica, biótica y de drenaje, sino también entregándole a los ciudadanos un espacio verde para su disfrute y protección.
Como parte de este corredor ecosistémico en esta Bogotá que estamos construyendo, debemos construir un parque 1.3 veces más grande que el Simón Bolívar, va desde la carrera séptima, rodea al humedal y atraviesa la autopista norte, generando no solamente espació público de calidad sino también un corredor verde adicional de conectividad hídrica y de fauna, sin contar los más de 100 mil árboles que debemos sembrar, de los cuales ya empezamos con los primeros 10 mil.
Ahora bien y muy en línea con la avenida Boyacá, las obras prevén desde su esquema constructivo y su diseño, respeto por el agua y su conectividad. En la Av. Boyacá, por ejemplo, se construirán casi una decena de pasos de agua y conectores de fauna que buscan mejorar incluso, las condiciones actuales de este territorio.
Si bien es cierto para la construcción de la vía, hubo necesidad de sustraer 20 hectáreas de las más de 1.300 de la reserva Tomas Van Der Hammen. (Un corredor donde se encuentra una cancha de futbol, un espacio de siembra de papa y una zona industrial con parqueadero de maquinaria amarilla) como medidas de compensación por hacer el proyecto, debemos adquirir y reforestar más de 100 hectáreas en la zona de la propia reserva, empezando así su adquisición y construcción de su verdadera función ecosistémica. Una idea inicial de esta intervención es crear un parque lineal que genere una barrera natural al occidente de la vía estableciendo un límite al desarrollo a través de un bosque urbano.
Estas son algunas características que usted tal vez desconocía y que espero le den información importante para entender que nuestro objetivo es generar una verdadera conexión ecosistémica fuera de posiciones y argumentos políticos, sino con obras y hechos ciertos a partir de inversiones multimillonarias que serán financiadas por el proyecto sin tocar un solo peso de sus impuestos ni el presupuesto de Bogotá. Lograr que todas estas obras sean posibles requiere de mucho trabajo en equipo, voluntad política y un diálogo sincero. La Conexión de los cerros orientales, la reconformación de las nueve quebradas, el humedal y su conexión con el Rio Bogotá, la generación de un parque metropolitano enorme y la adquisición de más de 100 hectáreas de la RTVD para su reforestación, es un sueño posible, pero necesita de la fe y voluntad de todos para hacerlo realidad, la polarización y la política nos impiden vernos como realmente somos: ¡un solo equipo por Bogotá!